Intriga constante
Hace unos años, Javier Castillo nos sorprendió con El día que se perdió la cordura, un
título que llamo la atención por su intriga, insospechadas tramas argumentales
y un gancho permanente para el lector ávido de historias imaginativas y
diferentes. No estábamos delante de “asesinos al uso”.
Bajo la sombra de ese indiscutible éxito, nació El día que se perdió el amor, que va en
paralelo a la primera historia, utilizando las mismas herramientas, personajes
y situaciones para profundizar en un mensaje: el amor que se siente por la
familia, por los lazos de sangre.
A favor del libro
No podemos escribir sobre el argumento de El día que se perdió el amor, porque
sería destrozar la trama, que te va a mantener vivo e intenso desde el
principio al fin.
Javier Castillo ha utilizado unas herramientas que supo
combinar perfectamente en su primera historia, para crear algo paralelo que
mantiene los mismos elogios y virtudes de su primera edición, pero hay que
añadir el interés por el argumento y los sucesos.
La historia de El día
que se perdió el amor transcurre casi en 24 horas, haciendo referencias a
una década pasada, pero hace que te sientas presente e integrado en el
argumento que transcurre en Salt Lake como un espectador activo de una trama
donde los sentimientos son protagonistas.
Carla en el pasado, Amanda en el presente, junto a Jacob,
Steven, Bella o Browing configuran unos personajes que consiguen mantener vivo
el interés, los acontecimientos y los argumentos para disfrutar de un libro que
engancha y se hace corto.
No hace demasiado recuerdo o alusión a la primera entrega,
lo cual, la novela es integra para el lector e independiente. Sólo lo descubriremos
aquellos que disfrutamos de la primera cita literaria con Javier Castillo.
En contra de El día que se perdió el amor
Las segundas partes siempre tienen que ir con el apellido de
convertirse en sombra del original y eso ocurre con esta segunda entrega. Si
leemos lo escrito hace unos años sobre El
día que se perdió la cordura, podremos repetirlo y transcribirlo para esta
parte.
Es la misma base literaria, la misma técnica y los mismos
personajes. Es otra perspectiva, pero la misma técnica.
El resultado
Una novela de intriga aceptable, entretenida y amena. Para
disfrutar del placer de la lectura.
Un joven escritor, Javier Castillo, que ha sabido acertar en
su estilo y en sus argumentos. En algo diferente y original. No es brillante,
pero tampoco niega el placer de la lectura.
Personalmente, quien suscribe, le ha enganchado y ha necesitado
el tiempo mínimo para su lectura. Para mi es un éxito y me ha dejado el regusto
de que nunca supe el final, hasta el punto y final.
El día que se perdió el amor en las redes sociales
Dos libros del señor @JavierCordura y dos pedazo de libros! Se está convirtiendo en uno de mis escritores preferidos solo con dos libros! Esperando el tercero impaciente! Felicidades por el gran trabajo y hacer disfrutar a la gente— Lander Gil Oiarzabal (@lgoiarzabal) 5 de febrero de 2019
Es real que los libros nos llevan de #viaje 📖 "El Día que se Perdió la Cordura" y "El Día que se Perdió el Amor" nos han traído al joven escritor #JavierCastillo desde Málaga a la Ciudad de México. Teníamos conversación para... https://t.co/2PetE5j1hn pic.twitter.com/YL3CdWUoJR
— Pat (@pathbauer) 27 de enero de 2019
@JavierCordura— Carlos (@lematrailrun77) 25 de enero de 2019
Sinceramente me esperaba cualquier hecho, cualquier acontecimiento porque los dos libros son impresionantes, pero lo de las páginas 294 y 295 de #eldiaqueseperdioelamor sinceramente, no 👌
Un tío que no conocía ni Dios